René Cevasco Matthei, Radio Valentín Letelier
Para la vieja escuela, los que amamos la música antes de los tiempos de la tv cable e internet, Magma fue uno de los misterios más enigmáticos y desafiantes, dentro de la órbita de la música popular de avanzada. Así, conseguir alguno de sus vinilos, era acceder a un tesoro invaluable, que abría nuevos mundos y horizontes tan increíbles, que fueron capaces de construir una escuela, un sonido como la música Zeuhl, que se extendió a través de Francia, Bélgica o Japón.
Pensar si quiera en la visita de una banda de este calibre, tal vez no estuvo dentro de los sueños más delirantes de quienes por décadas nos internamos al universo kobaiano, por lo menos hasta pasada la primera década del nuevo milenio, cuando Vander y cía, trajeron todo su poder hasta Chile, en las recordadas presentaciones en Valparaíso y Santiago, el 2013. 
Con estas, ya era suficiente para estar agradecido de por vida, hasta el anuncio de un nuevo periplo por nuestras tierras este 2017. Tampoco era imaginable que tras la fecha electrificada con lleno total, el pasado 23 de noviembre, se agregaría una segunda, tal vez más estimulante ahora en la Sala Arrau del Teatro Municipal de Santiago, con el aditivo de ser “acústica”.
De esta manera, los pensamientos de sobre que podría tratarse esta velada, nos llevaban a ese hermoso disco que es “Les Voix” (“Las Voces”), editado como volumen I, de la serie de rarezas en vivo AKT en 1992. En él se revelaba descarnadamente la fuerte influencia de Igor Stravinsky y su ballet seminal “Las Noces” (“Las Bodas”) escrito entre 1917 -23, y del pianista de jazz McCoy Tyner, en la serie de registros clásicos con el cuarteto de John Coltrane, realizados para Impulse! a mediados de los 60’s.
Básicamente esto se podría resumir como la reducción minimal de todos los arreglos, al piano de cola solo, tanto como pulsación y ritmo en su carácter más percutivo, así como sostén armónico del desarrollo melódico de la composición. A él, se suman las voces, que con su canto, completan cada pieza como un todo autosuficiente, con una transparencia que es capaz de expresar y comunicar las luces y sobras de una música celestial.
Y así, fuimos testigos afortunados de mucho de esto, el pasado viernes, en una sala Arrau repleta y respetuosa, en donde los bustos de Mozart, Beethoven, Brahms o Wagner, entre otros compositores universales, contemplaban silenciosamente vigilantes desde las alturas, el trance sonoro por el que Christian Vander, nos guiaría luego de pedir una luz más tenue… 
Un piano de cola Yamaha, sería la fuente y atractivo de la primera parte de la velada, en que el cerebro de Magma, fue perfilando los distintos títulos, que desde la simpleza inicial, fueron ganando riqueza armónica y dinámica, como lo fueron  “Ügüma Mà Mëlimëh Gïngeh” y “Joïa” del proyecto Offering, los que se sumaron a “You Glory the One”, “J'ai Plongé en les Lacs”, “Celui Qui A Donné”, “Le Temps Passe Est Merveilleux”, “Hymne à Wagner” y “Blues For Alice Coltrane”. 
Una seguidilla maravillosa de cortes inéditos en los escenarios nacionales, en donde la fuerza de la improvisación vocal del scat, se modelaba por el timbre de vidente poseso por fuerzas sobrenaturales y desconocidas del Vander que siempre hemos admirado. Y aunque se trató de una selección muy personal de temas, sólo para fanáticos duros, la mayoría del público se mantuvo en un silencio religioso, como era de esperar.

Con pandero cuequero
Tras el fin de la primera parte, ingresó Stella Vander, para volver a Offering con “C'est Pour Nous”, acompañada además del piano, por un pandero cuequero, de seguro regalado por algún fan. Luego, entramos de lleno al universo de Magma, con el ingreso de  Isabelle Feuillebois y Hervé Aknin, completando la plantilla vocal, junto al pianista oficial de la banda  Jérome Martineau-Ricotti. 
Vander quedó a cargo del pandero cuequero, que sirvió para sostener el pulso en la primera sección de “Köhntarkösz Anteria” y esa obra suprema que es “Mëkanïk Dëstruktïẁ Kömmandöh”, ambas sin perder ni un ápice de solemnidad, poder y fuerza cósmica, y llevando a los asistentes hacia la epifanía de la Zeuhl Music más profunda y sublime.
Finalmente la jornada se cerró con otro título de Offering, “Ëhn Deïss”, tal cual la noche anterior, pero dejando en claro que la creación de Magma, trasciende lo meramente eléctrico, para encausarse en lo sublime y absoluto. Algo que no se puede explicar con adjetivos, y que sin palabras se trasmuta en lágrimas de emoción, felicidad y gratitud, fin último de la Gran Música, esa que vence el imperio de la moda vulgar y lo banalmente mediocre, para acercarnos a la eternidad del Cosmos, desde un punto determinado del tiempo y espacio sonoro.


You may also like

Back to Top